Con mis críticas hacia todo
cualquiera diría
que me siento un ser superior.
Y no,
yo solo soy un
microbio en el tiempo,
una partícula
ultramicroscópica en el Universo.
Soy nada,
un peo que apesta
y que se diluye rápidamente
en el aire, sin
que quizá nadie lo haya olido…
o muy pocos, muy
pocos.
Y al final me sé
realmente lo que soy:
un orgasmo
producto de una bellaquera.
Solo espero que
mi madre también se haya venido;
lo menos que
quiero es ser producto
de un orgasmo
unidimensional,
de un orgasmo
fallido.
¿Acaso no hay
mayor humildad que esta visión de uno mismo?
Piénsenlo,
mientras me fumo
un cigarrillo.