martes, 11 de agosto de 2015

Antología de poesía puertorriqueña ¿poco ortodoxa? de autores del 1800 algo a 1960 y pico



















Pachín Marín

III

Para mí, fugitivo de una tierra
       que dicen que es mi patria,
donde el tirano sin razón oprime
       y sin protesta manda;
mientras el pueblo, envilecido, ríe,
      o de rodillas canta.

Para mí, la esperanza no ha existido,
      o es ¡vive Dios!, una deidad fantástica
que yo imagino de perfiles griegos,
      túnica ensangrentada,
con puñal en la diestra vengadora
     y un antifaz sobre la frente trágica.

De “ESPERANZA”  en Enciclopedia Clásicos de Puerto Rico Tomo VI. Barcelona: Ediciones Latinoamericanas, S.A., 1971.

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Juan Calderón Escobar

EN LA OFICINA…
                         (Para Manuel Calderón)

                I.
  Chas, chas, chas.               Tiquití.
Así suenan
estas máquinas de sumar o de escribir.
Recias resuenan
las del chas, chas
golpeando sin cesar;
el tacto tecletea
en las del tiquití
sobre el papel.
Firmes plumas rasguean
los documentos.

            II.   

He terminado
y al jefe dado
todo el trabajo
que se me encomendó

   Ora descanso, mas no descanso
que este poeta, que tanto escondo
bajo un semblante de pobre ganso,
quiera que no, siempre lo ahondo.
      Y está labrando
el joyel de un soneto
furtivamente:

Los sacros oros del ensueño esquivo
porque temo vagar en su penumbra.
En ella la miseria se columbra
amenazando al creador altivo.

    (Como la gloria
antes de conseguida
es como refinado inquisidor,
te quitaría
esa paz de bohío de tu presente.
Cuerdo temor.)

     En el sombrío sótano en que vivo
trémula y mortecina luz alumbra
y el fulgor de la gloria no deslumbra
sino muy rara vez al sensitivo.

    (Sí; alguna vez
rompe el aeda
el corbatín horrible
del vil garrote de anonimato
para cantar,
para sentir.)

    Cuando así me acontece, tiemblo y rujo:
tiemblo cual pitonisa en su delirio,
rujo de risas que cual papel estrujo.

    (Negras blasfemias,
hondos sarcasmos,
latentes rebeldías,
trenos de diablo
luchas de nervios, de materia y espíritu,
matizan esas risas.)

    Evito consumirme como un cirio.

    (Ahí viene mi jefe
con más trabajo
¡A moler el cascajo!)

y en la cama de Sancho me arrebujo

   (Es necesario
que termine el soneto.
     Al pelo, amigos,
ya llegó el jefe
y así termino:)

temiendo al coco de ideal martirio.

*Juan Calderón Escobar. Bajo la tapa comba… San Juan: Imprenta Linares-Boulevard, 1923, págs. 62-64.

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J.I. de Diego Padró

DEL SEXTO PISO

Yo, aquí en mi sexto piso, cara al aire de la tarde.
Un poco alzado sobre el basuramen de la ciudad
Y la hedentina de lo que no se ve de los zapatos del guardia,
Y sobre el egoísmo, y sobre la astucia y el dinero:
Yo, aquí en mi sexto piso,
Siento la constructiva fuerza de un joven dios
Que toda arcilla humana rompe en su corazón.
Aquí, en estas alturas,
Compongo y descompongo mundos a mi manera.
Aquí es donde defino realmente lo que soy:
Un elucubrador extraño y vagabundo
Del inmenso espectáculo de mí mismo.
Aquí gozo el privilegio de poder ver y oír
Cosas maravillosas que nadie ve ni oye
Y que me hacen liviano de carne y pensamiento…
Soy diverso, inconstante. Lo que ahora me gusta
Es probable que luego no me guste ya más.
Así, el plato invariable de embarcaciones y de muelles
Que me sirve la ventana todos los días,
A veces me fastidia, y a veces me provoca
Choques emocionales, blandos alelamientos,
Que de seguro deben transmitirle a mi rostro
Una expresión seráfica de niño
Ante un juguete nuevo…

*De El Yo disperso y otros poemas (1929-1956) en Escaparate Iluminado (Autobiografía Poética). Barcelona: Ediciones Rumbos, 1959.

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Emilio R. Delgado

V

   Hay un olor a muerte,
a muerte en muerto campo;
lunas decapitadas
y soles putrefactos;
margaritas violadas,
índigos malheridos,
limones pisoteados.

De “A una isla perdida en la memoria” en Emilio R. Delgado. Antología en recuerdo de su vida y obra. San Juan: Instituto de Cultura Puertorriqueña, 1976.

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Arturo Gómez Costa

JUICIO FINAL

Yo vi
A Van Gogh
Dando gritos
Con el pincel a cuestas
Por la calle telúrica
Del juicio final.

Arturo Gómez Costa. Creadora Voz. San Juan: Instituto de Cultura Puertorriqueña, 1978

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Felix Franco Oppenheimer

1

FOSAS como ojos sin pupilas,
sin lados diestros ni siniestros,
que en sus órbitas se revierten,
mientras giran monstruos pequeños
que degluten sombras espesas.
Láminas ocres de sucesos
como aguafuertes, se destruyen
y alzan en ácidos infectos,
se mudan vapores de ruedas
celeridad de abismos lentos,
igual la podredumbre indómita,
borbollear de caos nuevos,
donde no existen las distancias,
sino pupilas de ojos muertos.

De Estas cosas así fueron (1966) en Felix Franco Oppenheimer. Antología Poética. San Juan: Instituto de Cultura Puertorriqueña, 1977.

Tener esta soledad presente,
en una soledad sin fin
como un círculo que se pudre
en sus frutos que, para mí
-¡Oh soledad!- serán insípidos
porque me he requemado aquí.

De La presencia ignorada. San Juan: Instituto de Cultura Puertorriqueña, 1980.

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Hugo Margenat

OCASO

La luz palidece. Los dedos de la noche
penetran como cinco sepultorias soledades.
Hay un aire de llanto. Una risa angustiante,
una copa que se rompe y una herida sin sangre.

Las sombras y su sonrisa me parecen iguales.
Una rana escondida deja salir un cro-cro de consuelo.
Los rayos se perdieron en las fauces del sepulturero.
Como una pompa de jabón fueron los ideales.
Los sueños que fueron mis deseos
se hicieron nubes de humo. Vistiéronse con luto de muerte.

Todo se me escapa como agua entre dedos.

La fatiga puebla de fatalismos la mente.
La mano fría. La burla del río.
Se acercan los duendes…

de Breves palabras de las horas prietas (1952-1953) en Hugo Margenat. Obras Completas. San Juan: Instituto de Cultura Puertorriqueña, 1974.

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Anagilda Garrastegui

6

existirá el vacío
dentro de una gota de agua?

           Yo soy una gota de agua


8

la oscuridad
cae sobre mí
y bebo de sus labios
una larga noche
alucinante


Anagilda Garrastegui. De mis soledades vengo. San Juan: Instituto de Cultura Puertorriqueña, 1981.

De SGNILEEF (FEELINGS)

-5-

con mi olfato
busco
el tiempo perdido
con el dolor
de un desaparecido
que clama
porque lo encuentren

-19-

la mujer
adolescentemente
antigua
en el parque
de esta fotografía
despintada
será siempre
            ella, tú, Yo

-28-

                ella
vive su cuerpo
con la sabiduría
de que Es:

              el único
              que tiene


*Anagilda Garrastegui. SGNILEEF. San Juan: Instituto de Cultura Puertorriqueña, 1988.
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José María Lima

1.     El lenguaje es antes que nada algo como un cuchillo o una soga.

1.i    Aplicado a una porción de la realidad la transforma para nuestro beneficio. La guía hacia el sujeto.  

1.ii    Se hace llegar a algo para transformarlo conforme a un deseo o necesidad.

1.iii   El lenguaje antes de decir, hacía.

2.     La expresión, o la situación o la particular conformación de la materia “puede que…” es a veces algo como el sueño o el reposo. Porque la indiferencia es reposo y sin ella duele el movimiento.

2.i    Se hizo el cuchillo de las conchas y las piedras y la dureza de ambas. Se hizo el lenguaje de estas mismas cosas y además del color de las conchas y la blandura del aire y de ciertos olores y de la humedad que los abrigaba. Se hizo del deseo de permanecer que es el sexo y la osadía y la cautela que son deseo de permanecer.

            El lenguaje mienta, miente y enmienda, pero mendaba antes de enmendar y esto último antes de mentar o mentir. lo que quiere decir que llenamos ciertos agujeros y estamos en actitud de sentir la separación y nos duele y hay que separarse para sentir la alegría de la separación que es promesa de futuros encuentros. Eso es hablar.

            El lenguaje es sexo. Que nadie lo olvide. Opinión subjetiva y parcial pero correcta.

El olvido es muerte que es también reposo porque así lo deseamos. Somos los inventores del olvido. Recordar es sabernos, casi en el sentido cartesiano. Porque sabernos es ser. La sé (a la hembra) cuando recuerdo su hondura húmeda y caliente y los accidentes que me la proporcionan y las muertes en ella.

No podemos reducir la realidad al lenguaje porque estaríamos reduciendo el todo a una de sus partes, y aún cuando fuera cierto que no vamos a caer en contradicción haciéndolo, conocimiento y consistencia no son sinónimos. Pensar una estrella no es tocarla.

Si la contradicción formal es anatema sea, pero siempre ha habido equivocaciones y en el desarrollo del pensamiento algunos cráneos rotos. Ciertos regalos hay que desenvolverlos rompiendo la envoltura. Todo virgo destrozado es una contradicción formal.

La totalidad del saber humano no se reduce a Principia Mathematica ni a Tractacus Logico-Philosophicus. Si así fuera ya nos hubiéramos atrevido a quemar todo lo otro.

El lenguaje es camino sujeto a todas las contingencias del desarrollo y viviendo de sus contradicciones internas. Ser lógicos es admitir que sabemos en que consiste, que tal vez nunca lo sepamos pero que tal vez lo somos en mayor medida.

La lógica es un camino encontrado y otros que nos vamos haciendo, atrechos o enmiendas a los obstáculos reales o imaginarios.

Ser lógicos es alcanzar, cubriendo camino, creciendo en conocimiento y concordancia con todo lo que es menos que yo o que no sea yo en absoluto.

Pensar es también pensar sobre el pensamiento y pensar que pensamos sobre el pensamiento. Aturdirnos y abandonar el pensamiento, tal vez para no volver a él. La locura pudiera ser una parte exquisita del pensar o espinosa o ambas. Muchas veces sentimos que tenemos derecho a la locura otras veces que tenemos la responsabilidad de eludirla. Esa misma relación guardamos con muchas otras cosas como el amor desenfrenado por ejemplo.

El lenguaje es una espada con el mango al rojo vivo. Lo de dos filos ya está gastado.

El lenguaje me separa de las cosas y al mismo tiempo me permite caminar entre ellas.

El lenguaje es coraza, lanza, gancho y balsa. Por supuesto que ni víboras ni águilas ni pirañas lo resisten pero la piraña no es, entre otras cosas, su mordedura hasta el hueso. Y también cultivar margaritas desde el lado oscuro. Por ese saber no lo queremos. Por eso lenguaje es mampara y que se joda. En esa pared nos rascamos con fruición la espalda y tenemos orgasmos. Como la niña en la bicicleta o la dulce llaga en el tobillo.

¿Qué es la raíz de la lengua? ¿Qué es la fuente de la lengua? ¿Qué es la multitud de condiciones que la engendraron? Las diferentes texturas que el movimiento muestra en su desarrollo. Por eso se mostraba antes del lenguaje. El dedo índice y los labios impulsaron los movimientos especiales de la lengua. Quizá también los no-tan-especiales. Puede que se deba al hecho de que la adquisición y la admisión del sustento material depende en gran medida de ellos. Porque queremos ser eternos antes que sentir que lo somos. Y los seguimos deseando después de sentir que no lo somos. 

De La sílaba en la piel. Río Piedras. Quease, 1982.
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Ángela María Dávila

Cercanamente lejos
de esta pequeña historia
expandida hacia todo deteniéndose.
se oye que dicen:
qué importa tu tristeza,
tu alegría,
tu hueco aquel sellado para siempre,
tu pequeño placer,
tus soledades
mira hacia atrás, y mira a todas partes.
yo miro,
de millones de pequeñas historias
está poblado todo:
¿importa que la lágrima
que a veces me acompaña y me abandona
se funda con el aire?
¿importa si mi cólera
detiene una sonrisa?
¿importa si algún rostro
tropieza con mi puño,
si algún oído atento
rueda hasta mi canción imperceptible?
¿qué importará, me digo
cuánta risa futura
fluya de mi placer hacia otra lágrima?
¿importa si mi pena
alegra la bondad de un caminante?
mirándome las uñas
y rebuscando esta pequeña historia
por dentro de mis ojos diminutos
descubro la partícula gigante
donde habito.

Ángela María Dávila. Animal fiero y tierno. Río Piedras: Quease, 1977. 

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Hjalmar Flax 

Ennui

La tarde se pudre.
Los edificios
espetan ángulos y filos
en su cuerpo muerto,
y perduran…

Pero la tarde se pudre,
y en cada gota de mi sangre
se aburre un universo.

Descuartizada
como res que cuelga
por los tendones,
mi alma
bosteza…

*De Arturo Trías & Hjalmar Flax. 144 poemas en 2 libros. San Juan: Editorial Ahora, 1969.

EL TIEMPO ES ORO

                                                    y se fue por el inodoro

Todo esfuerzo de ahora en adelante
por decir: tanto te amo,
la existencia es trágica,
estamos solos sin remedio,
el tiempo pasado no volverá,
o cualquier otro pensamiento profundísimo,
como éstos, sin duda insondables,
corre por cuenta de los poetas,
trasnochados, ociosos.

Mañana es lunes.
Debo estar a las ocho en la oficina.

Hjalmar Flax. Los pequeños laberintos (Segunda edición revisada).  Ponce: Ediciones Lorena, 2003.

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Arturo Trías 

MICROCOSMOS

¿Los límites?
                      ¡Qué importan!
Mi ventana contiene
en cuatro pies cuadrados
un universo entero.
                                El sol
podría
brillar entre mis dedos.


102

Voy para arriba, es verdad,
pero voy solo,
encerrado
en este elevador.

MONÓLOGO

No tengo vodka ni ginebra. No,
tampoco tengo whisky. ¿Algún cordial?
Lo siento. En estos días tomo solo,
y no gusto de mezclas estrambóticas
(Me bastan unos dedos
de ron sin diluir
para soñar un poco en este insomnio).

Las fiestas se acabaron. Los cocteles
cayeron en desuso.
Después de todo, ¿qué
se puede celebrar en estos tiempos?

¿Beber por cuenta propia
da ganas de gritar?
Lo sé.

            La soledad es trago fuerte.

**De Arturo Trías & Hjalmar Flax. 144 poemas en 2 libros. San Juan: Editorial Ahora, 1969.

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Iván Silén

Hay una victoria en el vencido
que golpea las mujeres oscuramente.

La luz cruza apagada el universo.

Y el héroe arrastra su careta
frente a los balcones
de la muerte con la velocidad
constante de la luz.

El otro pregunta por el otro
(dónde la voz y dónde la palabra),
hay procesiones de terror
detrás de los pinos
como A y B separados en puntos.

La tarde está llena de incienso
y los místicos copulan con Dios:
entre los tenedores y la lluvia
el monje arde: el hombre
es una conclusión, una ternura de dos,
porque la piel es un pequeño cementerio.

La sombra del héroe come carne
y detrás de la lluvia
los ruiseñores apestan:
guardan un espacio relativo consigo.

El tiempo no tiene memoria,
ni la memoria un tiempo
donde alguien pregunte por alguno.

El héroe se lava la cara
en los sartenes desosegadamente
en un lugar del universo.

Estoy golpeando con mi codo
el corazón de Cristo,
y no hay nadie. Todo es relativo.
El Pantócrata es relativo.
Dios relativo.

Hace rato que observo
al que me busca.
Me escondo en el miedo de los héroes.
Me escondo en el semen de los dioses.
No hay nadie.

Los héroes recogen las arañas.

De El miedo del Pantócrata (1981) en La poesía como libertá. San Juan: Instituto de Cultura Puertorriqueña, 1992.
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Manuel Abreu Adorno

El filósofo dentro de mí

Estoy sentado en el inodoro
con las nalgas calientes y sudorosas.

Leyendo la quinta Meditación Metafísica de Descartes.
Y me llegan pensamientos
que se precipitan y
                             caen
                                    al
                                      agua.

*En Poesiaoi: Antolojia de la sospecha V.II. Río Piedras: Quease, 1978.


EL NAUFRAGIO

Sentirse el único sobreviviente
del naufragio del barco:
Década del sesenta

O
como las arrugas nacientes
en el rostro de Mick Jagger

O
como un afiche del Che
abandonado en un closet.

De Sonido de lo innombrable. San Juan: Instituto de Literatura Puertorriqueña, 1992.

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Luis Ángel Curbelo

RETRATO

Henos aquí.
Andrajosamente en fila,
    comunes,
    ansiosos,
    despreocupados,
    vagos,
    ingenuos,
    soñadores,
    MALDITOS
y sobre todo INMENSAMENTE NIÑOS.


TRAUMA

Odio estos bolsillos rotos.
     Por vacíos.
     Por infinitos.
Por esta sensación
    de niño perdido,
y todo ese tiempo dejado
    en las esquinas.
       Por eso.

Curbelo, Luis Ángel. Los juegos: poesía. Arecibo, P.R.: Ediciones Ricardo Garúa, 1979.

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Salvador Villanueva
Erosmanía

El sexo es todo.
Mi relación con el mundo
ha sido puramente erótica.
El sexo hace girar las amapolas,
hace posible reír a lágrima viva,
llorar muertos de la risa.
El sexo es infalible,
nos permite ver tras de los muros,
en la costra de los días.
Todos mis descubrimientos
los he hecho en momentos en que he estado
arrebatado por el sexo.
Cuando me prosterné ante la trágica belleza de las cosas,
cuando canté o blandí mis armas más secretas
e hice bien o mal
les juro que estaba arrobado por el sexo,
poseído por el sexo,
erecto como un sexo.

Hasta la revolución la vi venir toda manchada de sexo.

*De Expulsado del paraíso. New York: Editorial La Ceiba, 1981.

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Jan Martínez

No quiero la tranquilidad inútil de las iglesias
donde el odio no gesticula su canto
ni la docilidad del agua transparente,
olvidada, donde nunca una imagen
ni siquiera una sombra viste su desnudez,
no quiero la serenidad del libro abierto
y la luz del cuarto.
Sólo quiero mi diario pedazo de angustia
abordando con sus garfios
todos los costados de mi existencia.

*De Minuto de silencio (1977)


LOS AHORCADOS

Los ahorcados no se deben descolgar
hacen daño a los nervios,
aparecen de noche
como un péndulo
a malograr los sueños,
a dejar jojota la conciencia.
Son traidores y desconectados,
gente que nunca tiene
los pies sobre la tierra.

PREGUNTA A HOUDINI

¿Y ahora cómo podrás escapar
de las estatuas
que los hombres te erigieron?

*de Archivo de cuentas (1987)

INSCRITO AL BORDE
                              DE UN FRESCO

El día que la Venus perdió las manos.
La tarde en que cayó Alama.
El último argumento de Melibea.
Aquella oscura fecha de 1508.
No son tan tristes
como la página que ya está escrita
pues todo lo dicho es desesperanza.

*De Jardín. Obra escogida 1987-1997
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Edgardo Nieves Mieles 

Epitafio para un poeta anacrónico

Inconfundible pájaro de lujo,
éste, cuyo defecto
fue no haber vivido
en el siglo anterior.

Edgardo Nieves Mieles. El ramalazo de semen en la mejilla ortodoxa. Arecibo: Ediciones Ricardo Garúa, 1987.

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Eduardo Lalo

Durante años he dedicado la vida a lo inútil
a conocer el espejo que son ustedes   los hombres

Pronto llevaré media vida luchando y siendo inútil
viviendo de derrotas aparentes
Otros    mientras tanto   han llevado caminos
que el sentido común llamó sensatos

Quizás vaya siendo hora de sacar cuentas

Tengo pocas certezas   casi las necesarias
He aprendido a no mirar desde abajo porque
ya sé que en todos estoy
compartiendo los vicios y las grandezas
Y esta es la humildad más humana
la que importa   la que se conquista

Por la inutilidad
por las derrotas que me hicieron y me hacen dudar
doy gracias
pues he llegado a poseer alguna sabiduría
y ustedes   los hombres   los espejos
comienzan a serme conocidos.

*Eduardo Lalo. Libro de textos. San Juan: Instituto de Literatura Puertorriqueña, 1992.