*Esto que sigue es una entrada de una libreta de apuntes del año 2003, cuando estudiaba mi bachillerato en Psicología Forense.
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Freud no es original, y no sólo porque haya sacado su teoría de la personalidad de varias prácticas e ideas psicológicas ya existentes, sino porque su teoría se puede reducir a la idea bíblica del ser humano. Freud únicamente saca a Dios. Comencemos, el Id, Ego y Superego se asemejan al espíritu, alma y cuerpo bíblico. El Id sería el cuerpo (la carne de la que habla Pablo), que es impulsivo, irracional y busca el placer. El Superego sería el espíritu, que es la conciencia o la ley (el deber ser). El Ego sería el alma, que en la Biblia se sobreentiende que es el Yo, debido a que el espíritu vuelve a Dios, pues viene de su soplo divino sobre el ser humano, y el cuerpo a la tierra, de la cual fue formado; mientras que el alma es quien es juzgada y va al Cielo o al Infierno. El espíritu, como el Superego de Freud, también es irracional, pero sólo en la medida en que hace sentir que hay un Dios pero no dice quién es ese Dios, por lo que el alma, que está en control y utiliza en gran medida un pensamiento con estructura lógica y es racional, considera este sentir como absurdo, o al menos en parte. Por lo tanto, el ser humano, visto bíblicamente, es un ser en conflicto, un ser que siente impulsos contradictorios, que siente que tiene que controlar esos impulsos, que intuye que hay algo sobre él (Dios) pero que a la vez duda, pues ese sentir a veces es contradictorio. La teoría de Freud es similar. El ser humano está en conflicto: tiene fuerzas contradictorias que lo angustian, pues es un ser tridimensional cuyas naturalezas son contradictorias. No hay diferencia entre el ser humano bíblico y freudiano. Según La Biblia, el ser humano tiene que luchar con los deseos irracionales (animales) de la carne (cuerpo) pero a la vez tiene que satisfacerlos; sin embargo, tiene que hacerlo conforme a la ley o a lo estipulado por Dios. Esa ley es la conciencia o el espíritu, quien le dice al ser humano qué es lo que tiene que hacer, además de decirle que hay un Dios y que hay que tener fe en él, a pesar de lo absurdo que pueda parecer para el pensamiento lógico y racional. En la médula del espíritu, pues, está El Padre, Dios, con sus normas (la ley escrita en el corazón del hombre). Esto, como vemos, es también la teoría de la personalidad de Freud, sólo hay que cambiar nombres. La diferencia entre una y otra visión del ser humano, es el énfasis que pone Freud en la sexualidad y en el inconsciente y subconsciente. Pero aún ahí hay parecidos.
En La Biblia los sueños dicen algo, son interpretables, igual en la teoría de Freud. Igualmente, la forma de expurgar los pecados, según La Biblia, es confesándolos, sobre todo a un líder religioso. En el psicoanálisis se logra salir de la neurosis, en parte, verbalizando los pensamientos y narrando nuestra vida y en ocasiones nuestras fallas éticas, a un psicoanalista, que podría ser análogo a un tipo de Padre o Pastor, sólo que laico. Por otra parte, el lenguaje sexual en la teoría de Freud no es sexo sino más bien “objeto de deseo”, por eso El Complejo de Edipo se entiende como el deseo irrealizable en el ser humano de volver al seno materno, a la inocencia, a tener esa relación especial, íntima, con la madre, pues la sociedad oprime y angustia. Esto es análogo a la idea bíblica, pues la angustia del ser humano es fruto de su deseo e incapacidad de volver al Edén, de tener esa relación especial, íntima, con su creador (análogo a la madre).
En La Biblia los sueños dicen algo, son interpretables, igual en la teoría de Freud. Igualmente, la forma de expurgar los pecados, según La Biblia, es confesándolos, sobre todo a un líder religioso. En el psicoanálisis se logra salir de la neurosis, en parte, verbalizando los pensamientos y narrando nuestra vida y en ocasiones nuestras fallas éticas, a un psicoanalista, que podría ser análogo a un tipo de Padre o Pastor, sólo que laico. Por otra parte, el lenguaje sexual en la teoría de Freud no es sexo sino más bien “objeto de deseo”, por eso El Complejo de Edipo se entiende como el deseo irrealizable en el ser humano de volver al seno materno, a la inocencia, a tener esa relación especial, íntima, con la madre, pues la sociedad oprime y angustia. Esto es análogo a la idea bíblica, pues la angustia del ser humano es fruto de su deseo e incapacidad de volver al Edén, de tener esa relación especial, íntima, con su creador (análogo a la madre).
16 de diciembre de 2003