La gente idiota abunda,
las sabelotodos
de voz chillona
y manerismos teatrales.
Dan ganas de abofetearlas;
un psycho diría que matarlas.
Yo simplemente las abofetearía
y les cosería la puta boca.
Lo triste de la gente idiota
es que te entristecen aún más
y que te hacen perder
las pocas reservas de fe
que todavía te quedan
en la especie humana.
Me miro al espejo
y...
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*Nota de un lector sobre el poema "La gente idiota abunda"
El que escribió esto al parecer es un extraterrestre o un suicida, porque en ningún momento se identifica con la "especie humana". Puede, más bien, que sea al final un idiota sin conciencia de serlo, lo cual es el peor tipo de idiota que puede existir. Y para colmo no terminó el poema. ¿Qué vio el autor (o sujeto poético) al mirarse al espejo? Esa "Y" con puntos suspensivos nos deja precisamente en eso, en el suspenso, en la duda. Lo cual nos lleva a pensar que estamos o bien bajo un fanático del género policial o, lo que es peor (¿o mejor?), ante un poema policial. Sin embargo, también podemos argüir que estamos ante un sujeto, sea concreto o poético, que niega la epistemología para adentrarse en lo existencial. Lo existencial, como sabemos, es irracional, lo cual explicaría muy bien todo el elemento de furia (pasión) en su discurso y la duda total en donde nos coloca a nosotros, los lectores, al dejar inacabado el poema. Sobre el particular, propongo varias lecturas:
- Representar la imposibilidad de conocerse a uno mismo en su totalidad.
- La imposibilidad de conocer la verdad en su totalidad, sea la propia (existencial) y la esencial, una verdad incontingente y universal.
- La inexistencia de tal cosa como "la verdad", sino única y exclusivamente de realidades, de "verdades subjetivas" y por lo tanto el autor o el sujeto poético se decanta por una visión del mundo como constructo y a su vez como representación; representación que a su vez, al desear una verdad "universal", le es angustiante y por eso no concluye el poema o no nos dice qué es lo que vio en el espejo. Es un tanto la muerte del autor en cuanto desaparición y el nacimiento del lector en cuanto investigador.
- La incapacidad de ver como el otro y la confinación en el cuerpo, en el propio punto de vista. Razón por la cual los lectores no podemos "ver" lo que "ve" el autor o sujeto poético, y tenemos por tanto que imaginárnoslo o quedarnos en la simple y dolorosa duda. Lo cual remite al mundo como constructo, como "fantasía", y remite, a su vez, a la muerte del autor (que en este caso alcanza elementos metafísicos más que ontológicos: es la ausencia de Dios) y el nacimiento del lector-investigador.
- La vida es, al final, un gran signo de interrogación o, como escribe el autor, tres puntos suspensivos.
- ¿Una visión neo-pos-hiper-platónica del mundo?
En lo particular, prefiero la quinta lectura, que analizándose bien, contiene en cierta medida las cuatro lecturas que le preceden. En la vida, aunque exista tal cosa como lo "objetivo" e "incontingente", lo cual no sabemos, no es accesible por el dasein, por el ser-en-el-mundo, lo cual ocasiona angustia. ¿Una vuelta al sujeto moderno en angustia? No, sino algo parecido pero a su vez diferente cualitativamente (aunque cuantitativamente también): la angustia del sujeto hipermoderno, como muy bien menciona Lipovetsky en Los tiempos hipermodernos (2010).
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y...
Bah, qué porquería de poema. Mejor lo dejo tirado por ahí, o mejor lo boto en ese gran zafacón que es Facebook. Sí, eso haré. Total, hace tiempo no publico poemas en mi estado, aunque sean poemas de mierda, y como que la modita regresó otra vez.
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