Minúsculos estallidos poéticos
El poemario
de N. O. Núñez ofrece una
corta y ligera distracción
de lo cotidiano
José
Borges
El fuego fatuo es un
fenómeno de la naturaleza que despertaba la imaginación de quienes lo
presenciaban. Se trata de una combustión causada por gases expelidos por
organismos en estados de putrefacción en lugares como pantanos y cementerios
que emite una pequeña llama azul a poca distancia del suelo. Era, pues, fácil
atribuirle características sobrenaturales y cuasiespirituales a falta de una
explicación científica. En el folclore europeo se le conoce como will o' wisps y pensaban que eran
espíritus que intentaban engañar a los viajeros de su camino. En su poemario Fuego fatuo, N. O. Núñez presenta una
serie de poemas cortos a modo de distracción del viaje de la vida para sus
lectores.
El poemario está
dividido en siete partes: “Ars”, poemas de la poesía misma; “Televidente”,
inspirados en programas de televisión de los años ochenta y noventa; “Jóvenes y
artistas”, observaciones de las nuevas corrientes artísticas; “McWorld”, una
mirada al sistema político y económico del mundo globalizado; “Juego de poder”,
poemas de ironías amorosas; “I am so lonely”, que tratan de la soledad; y "¡Despierta! (o mareándose en el carrusel)", que son poemas de un corte más
existencial. Todos son breves, algunos de apenas un verso.
A pesar de ser un
poemario, se lee más bien como microrrelatos en vez de poesía. El mismo autor
alude a este hecho en el poema “Mediocridad”, que juega con sus inseguridades.
Algunos poemas son humorísticos, sarcásticos e ingeniosos, a veces. En otras
ocasiones son temas sexistas, patéticos e intolerantes, según las
sensibilidades y sentido del humor de los lectores. Resaltan “Titanic”,
“Paradojas”, “Sacrificio posmoderno” y “Abandonado”.
Fuego
fatuo ofrece una corta y ligera distracción de lo
cotidiano con muestras cínicas de esa misma cotidianidad que leen como alude su
título: una combustión corta e intensa.
Twitter: @JBorges
Publicado en El Nuevo Día el domingo, 30 de marzo de 2014
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*Me tomé la libertad de corregir ciertas erratas del texto original. Y me gustaría hacer unas aclaraciones. La sección "Televidente" no solo está compuesta de poemas sobre series de televisión de los ochenta y noventa, sino que se divide en dos partes, una de las cuales es sobre películas que van desde la década de los setenta, como Rocky, One flew over the cuckoo's nest, Taxi driver y Star Wars, hasta películas de la década del 2000.
La sección "Jóvenes y artistas" no es del todo sobre las nuevas corrientes artísticas. Más bien es sobre el cuestionamiento entre decidir por una vida "normal" o una dedicada al arte y lo que ello conlleva; más el fracaso artístico, la fugacidad del tiempo vista a través de los artistas del mundo pop y su lenta pero segura degradación y, claro, el elemento de que en nuestra sociedad los artistas son referentes que imitamos -en ocasiones de manera ridícula- y a los que muchas veces endiosamos.
Quiero añadir que, según mi parecer, los poemas no se leen como microrrelatos puesto que pocos de ellos, sino es que ninguno, son narrativos. En todo caso serían como "micromonólogos" o "aforismos", si fuéramos a etiquetarlos. Además, el reseñista habla del "autor" y los poemas son ficciones, por más elementos autobiográficos que puedan tener, y por tanto lo correcto sería hablar de un "sujeto poético". Por otra parte, no todos los poemas son de un verso. De hecho, hay poemas de tamaño "normal" y unos pocos que son largos y toman dos o más páginas.
Creo que eso es todo.
PD. No sé si es correcto hablar sobre mi propio libro, corregir al reseñista, interpretar mi libro. No, creo que está mal, porque es impositivo. Estoy diciendo cómo debe leerse el libro y se supone que como autor esté muerto, y los muertos no hablan. Así que seré una voz desde el más allá... la cual pueden ignorar o reprender en el nombre de Barthes.
PD. No sé si es correcto hablar sobre mi propio libro, corregir al reseñista, interpretar mi libro. No, creo que está mal, porque es impositivo. Estoy diciendo cómo debe leerse el libro y se supone que como autor esté muerto, y los muertos no hablan. Así que seré una voz desde el más allá... la cual pueden ignorar o reprender en el nombre de Barthes.
Atentamente,
N. O. Núñez
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