¿Acaso la vida no apesta?
El vacío no se llena
con nada de este mundo,
incluyendo el amor, el sexo,
el alcohol y el cigarrillo.
La juventud se va,
lo veo cada vez
que me miro en un espejo
y veo a antiguos amigos y conocidos
y ellos me ven a mí.
La vida apesta,
y no es solo la mierda que llevamos dentro.
Es trabajar por una miseria
y en algo que ya odiamos.
Es estudiar algo que ya no nos gusta
y no conseguir trabajo.
Es enfrentar el desamor
o ver cómo el amor por la persona amada
se extingue lentamente
y no poder hacer nada
para detenerlo.
Es seguir viviendo
aunque ya no nos guste
y no tener los cojones para matarnos,
y la contradicción
de temer a la muerte
y querer y no querer ser eternos.
Es tratar de recuperar el pasado, de asirlo,
y sentir la impotencia.
Es sentir que todo está peor
y corroborarlo viendo Primer Impacto.
Es matarse lentamente
comiendo mal, viendo como crecen la panza y la papada,
pegados al sillón viendo las porquerías que pasan por televisión.
Es creer y no creer en Dios;
el querer y no poder.
Es la incertidumbre.
Es todo,
la realidad y la imaginación,
la enfermedad y el remedio,
las Panadol y las Lipitol,
el Prozac, las Valiums y el Zoloft.
(2006)
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