sábado, 17 de diciembre de 2011

Princesas



Princesas,
niñas buenas,
ingenuas,
panes de Dios,
besar a un sapo
no lo convertirá en Príncipe Azul.
Al contrario,
el sapo seguirá siendo sapo
y ustedes se convertirán
en brujas,
en sacos de boxeo,
en tiro al blanco con 9 milímetros,
en gallina degollada,
en huéspedes de La Casa Protegida Julia de Burgos
o en casos psiquiátricos.
Ay,
sí, Princesas,
niñas buenas,
ingenuas,
panes de Dios,
los sapos seguirán siendo sapos,
así que húyanles como si fueran la Fiebre Porcina,
un musulmán de la Yijad
o como si el sapo
más que sapo
fuera Jason
                el Terrible.


*Donde dice Jason El Terribe pueden poner Osvaldo Ríos, Eduardo Yáñez
o cualquier abusador de su preferencia.



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