jueves, 2 de febrero de 2012

Parto



Violó el protocolo. ¿Pero qué diablos podían hacerle? Estaba hastiado y no quería algo prosaico, sino algo irónico y lúdico digno de su gran inteligencia. Logró introducirse como interno en la sala de parto en donde su madre lo alumbraría. Apenas pudo divisar el momento en que veía por primera vez el mundo. Era un gran matemático y químico, y sincronizó el veneno que tomó para que en el mismo instante en que diera su primer respiro, diera su último aliento.


©N.O.N.S./26 de enero de 2012

Decisiones



Todo por una simple decisión, prosaica si se mira superficialmente. Si hubiese doblado a la izquierda, se encontraría con la mujer de su vida. Sería amor a primera vista para ambas partes. Hubiese vivido 75 años, dejando viuda a su amada esposa, a tres cariñosos y buenos hijos y a nueve nietos que serían su locura. Hubiese vivido una vida que la mayoría no dudaría en catalogar de “feliz”. Sin embargo dobló a la derecha, en donde se detuvo a comprar chicles en una tiendita, dio un par de vueltas para ver y matar el tiempo y luego regresó a su casa, en donde lo esperaba la misma vida de siempre. Vivió 60 años, se divorció dos veces y tuvo dos hijos varones, medio hermanos ellos, que por tantos reproches que le tenían no fueron a verlo en su lecho de muerte. Murió solo.


©N.O.N.S./enero de 2012