domingo, 27 de junio de 2010

Campeones


Le dio con un gancho de derecha
y otro de izquierda
y lo remató con un imponente uppercut
que tiró a su contrincante a la lona,
de la que no se levantó más.

El segundo,
puso a la voluptuosa rubia a mamar
y luego le taladró el culo y la chocha
para después
tirarle todo su orgasmo en la cara
mientras gritaba
“¡¡Dios, Dios…!!”

El tercero,
se sentía una deidad
con los aplausos que recibía del público
luego de echarlas todas de tres
y darle la victoria a su equipo
cuando se la donqueó en la cara
al centro estrella que medía 7 pies.

Los tres,
pasada la euforia,
volvieron a su habitual depresión
y apagaron el televisor.



N.O.N.S. 2007

La creación


Un día Dios, muy imaginativo, le dio por crear un ser hecho a su imagen y semejanza, un ser al cual le daría la potestad de reproducirse y la administración de un planeta. Pero Dios pensó que sería injusto crear un ser viviente, con conciencia, sentimientos y en parte independiente, sin su consentimiento. Así que Dios creó el alma del primer ser humano y la dotó de inteligencia, para que pudiese entender a lo que se enfrentaba.

―Responde, tú, primer ser humano, ¿quieres vivir?―preguntó Dios. El nuevo ser, maravillado con todo lo que veía, contestó lúcidamente, pues Dios lo había dotado de inteligencia: “¿Cómo podré responderte, oh Creador, si no tengo la experiencia, sin conocer en la práctica lo que es vivir?” Dios, contento con la respuesta, con todo su poder hizo sentir al nuevo ser lo que experimentaría y sentiría existiendo en el mundo. Le hizo ver y sentir el amor y el odio, el placer y el dolor, la riqueza y la pobreza, la esperanza y la fe, la desesperanza y angustia, la alegría y la tristeza, el dolor de perder a un ser amado, la injusticia, la traición, la muerte; en fin, todo lo que conlleva la existencia, pues Dios en su omnisciencia, conocía que de existir el ser humano su vida no sería un paraíso.

El nuevo ser se sintió aterrado y angustiado: no podía decidir. Una parte de lo que sintió le maravillaba pero otra parte le causaba tristeza y una sensación horrible: náusea. Aun así, para el nuevo ser todo aquello no era sino un juego. Era nuevo en el universo y todo lo veía hermoso. Todo para él era digno de experimentar en la realidad. Así que muy emocionado, aunque no del todo seguro, le dijo a Dios: “Decido vivir”. Dios, feliz con la decisión del nuevo ser, le borró su memoria y lo puso en su nuevo hogar: la Tierra. Seguido de eso, se dispuso a correr el plan que redimiría al nuevo ser, mientras en la Tierra éste se arrepentía de haber nacido.


N.O.N.S. 22 de agosto de 2002

jueves, 24 de junio de 2010

Cuestión de fe


El hombre flaco y barbudo le apuntó al otro escuálido con el dedo índice como si fuera una pistola, y le dijo: “Si crees en mí y me sigues, cuando mueras, pues inevitable es que mueras, te llevaré al Paraíso y vivirás feliz por la eternidad, pues yo Soy el que Soy, Yahvé tu Dios, el que te creó. Si en cambio decides no creer en mí y seguirme, pues eres libre de creer o no creer, de hacer y no hacer -para eso te di libre albedrío-, te dispararé con esta mi arma y en un segundo estarás en el infierno, donde arde el fuego eterno, el gusano nunca muere y es el crujir de dientes. De ese lugar de castigo, óyeme bien, no saldrás jamás”. El otro hombre miró el dedo que apuntaba a su cabeza el que proclamaba ser Dios, y se echó a reír. “Déjame, loco. Dios no existe, y de existir, créeme, no serías tú”, dijo, y no tuvo tiempo de sentir la bala destrozando su cerebro.


N.O.N.S./ 2008