sábado, 26 de abril de 2014

A la niña de ojos tristes

















Tus ojos me miran
desde un distante ayer
que parece presente;
con una tristeza
que parece de siglos
y un dejo de reproche.
Sí, cambiamos.
Al parecer ya no hay tanta pobreza
y la solemnidad
la transmutamos en carnaval.

Hoy parecemos felices,
estamos mejor alimentados,
sabemos un poco más,
nos modernizamos,
posmodernizamos
y nos hipermodernizamos.
Pero todo cambió
para continuar igual.

¿En qué momento
lo jodimos todo?
Quizá siempre lo estuvo;
quizá siempre lo estará.
No sé, niña,
pero te miro y me miro
y siento tu tristeza,
que es mi tristeza;
y siento tu reproche,
que es mi reproche.
Todo lo que pudo haber sido
y no fue,
y que, por lo visto,
no será.
O al menos no lo veré,
como tú tampoco lo has visto.
Ese momento en que,
aunque sea un poco,
seamos mejores
y no como serpientes
que muerden su cola,
creando un espacio circular.
Ese momento
en que todo cambie
para ser diferente,
mejor,
y por fin, niña,
esa mirada penetrante
cargada de melancolía,
que me mira y nos mira,
se vuelva pasado. 

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*Foto: 
Jack Delano
"Daugther of a Farm Laborer, Near Caguas, 1941"

El poema está basado en la exposición de Jack Delano Puerto Rico mío, también conocida como Contrastes, la cual se publicó posteriormente como libro. Lo escribí como parte de mi participación en la exposición del Museo de Arte de Ponce (MAP) Paraísos y Palabras: Un diálogo entre el arte y la literatura en Puerto Rico.

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