jueves, 8 de abril de 2010

3 poemas de José María Lima

José María Lima (Puerto Rico, 1936-2009). Autor de los poemarios Homenaje al ombligo (1966, junto a Ángela María Dávila), La sílaba en la piel (1982), Rendijas (2001) y Poemas de la muerte (2009).  Los poemas que siguen son de La sílaba en la piel


¿Por dónde anda mi nombre?
Con sangre de palomas
apretada en el pecho
y desgarrando penas arrugadas,
en mitad del camino
le ha sorprendido el viento.
Un ruido de gendarmes
le atravesó la cara
que traía sostenida en la diestra.
En medio de la noche
le ha sorprendido el tiempo
y un coro de medios-niños
le señaló la ruta
que lleva hasta el dolor
de las fieras hambrientas.

¿Por dónde anda mi nombre?

Por las esquinas duras
de los jueces sin carne
y sin dolor en el cerebro.
Por entre pequeños abogados
de túnica sangrienta,
por entre soldados
con la mitad del cuerpo
hecha de roca estéril
y entreabierta.

¿Por dónde anda mi nombre?

Por entre las piernas rígidas
de un esqueleto musical
y la barriga sonora
de un contador público.
Mi nombre anda por entre
las estepas cerebrales
de un magistrado
hecho de manteca celeste.
Mi nombre baila en la cabellera
de un ángel
hecho plomo y pólvora.
(Mi nombre se sostiene peligrosamente en
la nariz de un obispo honrado que estu-
dia el movimiento de la bolsa cuando le
queda tiempo después de comer niños.)

Mi nombre tiene una arruga
en la frente
y tirita de frío
bajo la planta de un coloso indigestado.
Mi nombre tiene un ojo antiguo
que parpadea de vergüenza
frente a las nalgas
del odio empaquetado,
envuelto en papel de regalo, transparente.

Pero mi nombre es nombre
y nada más.
Se gasta.
Se va consumiendo poco a poco
en la moneda.
Mi nombre no resiste
la avalancha de sombra
que inventó el abuelo
o quién sabe si antes
cuando alguien golpeaba la piedra
y hacía los templos
que después le cayeron encima.

Mi nombre tiene la mejilla
cubierta de musgo
y una flor amarilla muy pequeña
deshechada en su pelo.
Tiene hábito de dormir
debajo del dolor congelado
que heredó de los siglos.

¿Por dónde anda mi nombre?

Muy oscuro, dormido,
enmohecido, disuelto en cigarrillos
de larga longitud,
en estandarte rígido,
en copa de árbol ciego,
en inodoros de plata centelleante.
Mi nombre dividido
se me cayó del rostro
y después de un largo
proceso de evolución
apareció redondo e inútil
en el escaparate de una tienda
adonde venden penas por docena.

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¿qué culpa tengo yo, peregrinando
con esta boca amarga?
¿y quién le dijo al grano,
a la piedra,
a todos los heridos del mundo,
al que me socorre
y al que me deja su uña en el pellejo:
“mira, ése es tu hermano,
en tu sal se levanta,
en tu espejo se mira,
oye por tu oído
y es casi tuyo.
muérdelo –sabes morder-
y penetra su sangre
y deja tu retrato en sus arterias”?
¿hasta dónde me sigue
ese dedo teñido?
escupan, caballeros,
orinen con orden
y dejen en su esquina
el diente que les sobra.
yo no quiero escribir
encima de otros huesos.
yo no quiero hacer
con células ajenas
caminos,
ni montañas,
ni habitaciones.
sólo sé que en mi casa
al llegar me saludo
y me despido al salir,
pregunto por mí y contesto:
“acaba de llegar y está dormido”
y si acaso despierto
con un gusto a pasado en la garganta
me lo trago y digo:
“estoy enfermo,
no puedo más,
me muero”.
después, con mis manos cargadas,
con trucos en mi piel,
juego al presente
sin preguntar,
sin hablar nada,
dejo caer el músculo al tablero
y pierdo.
siempre perdí, desde antes,
porque quiero perder,
porque es justo perder,
porque es de hombres perder,
porque perdiendo gano.
¡sujétenme!, después díganme “ahora”.

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1.     El lenguaje es antes que nada algo como un cuchillo o una soga.

1.i    Aplicado a una porción de la realidad la transforma para nuestro beneficio. La guía hacia el sujeto.   

1.ii    Se hace llegar a algo para transformarlo conforme a un deseo o necesidad.

1.iii   El lenguaje antes de decir, hacía.

2.     La expresión, o la situación o la particular conformación de la materia “puede que…” es a veces algo como el sueño o el reposo. Porque la indiferencia es reposo y sin ella duele el movimiento.

2.i    Se hizo el cuchillo de las conchas y las piedras y la dureza de ambas. Se hizo el lenguaje de estas mismas cosas y además del color de las conchas y la blandura del aire y de ciertos olores y de la humedad que los abrigaba. Se hizo del deseo de permanecer que es el sexo y la osadía y la cautela que son deseo de permanecer.

            El lenguaje mienta, miente y enmienda, pero mendaba antes de enmendar y esto último antes de mentar o mentir. lo que quiere decir que llenamos ciertos agujeros y estamos en actitud de sentir la separación y nos duele y hay que separarse para sentir la alegría de la separación que es promesa de futuros encuentros. Eso es hablar.

            El lenguaje es sexo. Que nadie lo olvide. Opinión subjetiva y parcial pero correcta.

El olvido es muerte que es también reposo porque así lo deseamos. Somos los inventores del olvido. Recordar es sabernos, casi en el sentido cartesiano. Porque sabernos es ser. La sé (a la hembra) cuando recuerdo su hondura húmeda y caliente y los accidentes que me la proporcionan y las muertes en ella.

No podemos reducir la realidad al lenguaje porque estaríamos reduciendo el todo a una de sus partes, y aún cuando fuera cierto que no vamos a caer en contradicción haciéndolo, conocimiento y consistencia no son sinónimos. Pensar una estrella no es tocarla.

Si la contradicción formal es anatema sea, pero siempre ha habido equivocaciones y en el desarrollo del pensamiento algunos cráneos rotos. Ciertos regalos hay que desenvolverlos rompiendo la envoltura. Todo virgo destrozado es una contradicción formal.

La totalidad del saber humano no se reduce a Principia Mathematica ni a Tractacus Logico-Philosophicus. Si así fuera ya nos hubiéramos atrevido a quemar todo lo otro.

El lenguaje es camino sujeto a todas las contingencias del desarrollo y viviendo de sus contradicciones internas. Ser lógicos es admitir que sabemos en que consiste, que tal vez nunca lo sepamos pero que tal vez lo somos en mayor medida.

La lógica es un camino encontrado y otros que nos vamos haciendo, atrechos o enmiendas a los obstáculos reales o imaginarios.

Ser lógicos es alcanzar, cubriendo camino, creciendo en conocimiento y concordancia con todo lo que es menos que yo o que no sea yo en absoluto.

Pensar es también pensar sobre el pensamiento y pensar que pensamos sobre el pensamiento. Aturdirnos y abandonar el pensamiento, tal vez para no volver a él. La locura pudiera ser una parte exquisita del pensar o espinosa o ambas. Muchas veces sentimos que tenemos derecho a la locura otras veces que tenemos la responsabilidad de eludirla. Esa misma relación guardamos con muchas otras cosas como el amor desenfrenado por ejemplo.

El lenguaje es una espada con el mango al rojo vivo. Lo de dos filos ya está gastado.

El lenguaje me separa de las cosas y al mismo tiempo me permite caminar entre ellas.

El lenguaje es coraza, lanza, gancho y balsa. Por supuesto que ni víboras ni águilas ni pirañas lo resisten pero la piraña no es, entre otras cosas, su mordedura hasta el hueso. Y también cultivar margaritas desde el lado oscuro. Por ese saber no lo queremos. Por eso lenguaje es mampara y que se joda. En esa pared nos rascamos con fruición la espalda y tenemos orgasmos. Como la niña en la bicicleta o la dulce llaga en el tobillo.

¿Qué es la raíz de la lengua? ¿Qué es la fuente de la lengua? ¿Qué es la multitud de condiciones que la engendraron? Las diferentes texturas que el movimiento muestra en su desarrollo. Por eso se mostraba antes del lenguaje. El dedo índice y los labios impulsaron los movimientos especiales de la lengua. Quizá también los no-tan-especiales. Puede que se deba al hecho de que la adquisición y la admisión del sustento material depende en gran medida de ellos. Porque queremos ser eternos antes que sentir que lo somos. Y los seguimos deseando después de sentir que no lo somos.  

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